Sobre Raimat
Fundada en 1914 por Manuel Raventós i Domènech, Raimat transformó tierras áridas en Lleida en una de las fincas vitivinícolas más grandes de Europa, que hoy abarca 3.000 hectáreas. Esta iniciativa visionaria no solo revitalizó la región, sino que también dio lugar a una comunidad autosuficiente con viviendas, iglesia y escuela. El espíritu pionero de Raimat ha consolidado su reputación como líder en viticultura sostenible e innovación enológica.
Sostenibilidad en Raimat
Raimat está comprometida con el cuidado del medio ambiente, con el 100% de sus viñedos certificados como ecológicos. La bodega aplica prácticas de agricultura regenerativa, como el acolchado con material vegetal para reducir la evaporación del agua y mejorar la salud del suelo. También se utilizan cubiertas vegetales para evitar la erosión y mejorar la infiltración del agua de lluvia. Además, Raimat utiliza fuentes de energía renovable, incluyendo una instalación fotovoltaica solar de 200 kW y una caldera de biomasa, para minimizar su huella de carbono.
Vinos alcohólicos emblemáticos
El portafolio de Raimat incluye una gama de vinos prestigiosos, entre ellos el icónico Raimat Abadia, producido por primera vez en 1978. Esta mezcla de Cabernet Sauvignon y Tempranillo refleja el compromiso de la bodega con la calidad y la tradición. Otras propuestas destacadas incluyen el Raimat Chardonnay, reconocido por su complejidad aromática, y la gama Vol d’Ànima, que muestra el carácter único de la región de Costers del Segre.
¿Por qué empezó Raimat a producir vino sin alcohol?
En respuesta a la creciente demanda de opciones sin alcohol, Raimat lanzó sus primeros vinos sin alcohol, Raimat Zero Blanco y Raimat Zero Rosado, en octubre de 2024. Esta iniciativa se alinea con el compromiso de la bodega con la innovación y la inclusión, ofreciendo alternativas para quienes prefieren o necesitan bebidas sin alcohol.
¿Cómo produce Raimat su vino sin alcohol?
Los vinos Raimat Zero se elaboran mediante procesos tradicionales de fermentación y vinificación. Tras la vinificación, se utiliza un innovador método de destilación para eliminar el alcohol conservando los componentes aromáticos originales del vino. Esta técnica reduce el contenido de alcohol a menos del 0,5%, permitiendo clasificar los vinos como sin alcohol sin comprometer su textura, sabor ni aroma.